Me levanto de la cama (aunque me quedaría un rato mas). Tengo…como decirlo? El pantalón excitado…eso me molesta para mear, me molesta tener que ponerlo hacia abajo. No tengo ganas de lavarme los dientes, pero lo hago igual.
Casi por instinto, prendo la tele y me hacen acordar que vivimos en un mundo de mierda, que el hambre es Ley, la corrupción necesaria y la honestidad un bien desechable. Por supuesto estan pasando la noticia de que un comerciante no se donde sufrió un asalto a mano armada y que esto me puede pasar a mi en cualquier momento, incluso el periodista del informativo se toma tan a pecho su trabajo que finge que le importa mi futuro o el del resto de los televidentes. Parece ser que la única noticia es el miedo que debo sentir inevitablemente.
Ya me bañé, y salí para el trabajo (me parece que me puse mucho abrigo, siempre caigo en la trampa de la humedad y la bendita sensación térmica) Apenas me subo al colectivo me pongo a pensar en lo que sucedió esa mañana, en lo horrible que había visto al mundo, en lo feo que fue sentir que es todo una verdadera pileta llena de mierda y de la que uno por mas que trate y chapotee e incluso nade, no puede salir.
Ahí fue cuando pasó.
Debía tener unos tres o cuatro años, no sabía lo que era un noticiero, ni el mal o el bien. O mejor dicho el mal era cuando mamá o papá levantaban la voz y el bien era el helado de dulce de leche, los dibujos de colores y correr por su casa de aquí para allá.
Ahí lo entendí todo, el sonríe, yo sonrío. Todo es posible, el amor es posible. No se compra, no se vende, no se alquila, no se presta, no se toca, no se puede hacer zapping con el amor. ¿Cuánto miedo siente esa criatura? ¿Esta bueno el miedo que siente? ¿Esta bien que tenga miedo de perderse de su madre? Si. Rotundamente, si. Claro dije, estoy hecho un pelotudo. El mundo es un lugar hermoso, hay que saber mirar y además, tarea por demas necesaria, transformar, revolucionar y construir. El amor se construye. Hoy va a ser un buen día, los que son unos forros se van a cagar, yo tengo al bien de mi lado. Todo lo que necesitamos es una sonrisa sincera, apagá la tele. Salí a la calle.
lunes, 28 de julio de 2008
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