lunes, 28 de julio de 2008
Realidad moderadamente acertada
Indique su destino al chofer (Una sonrisa de ida, por favor)
Casi por instinto, prendo la tele y me hacen acordar que vivimos en un mundo de mierda, que el hambre es Ley, la corrupción necesaria y la honestidad un bien desechable. Por supuesto estan pasando la noticia de que un comerciante no se donde sufrió un asalto a mano armada y que esto me puede pasar a mi en cualquier momento, incluso el periodista del informativo se toma tan a pecho su trabajo que finge que le importa mi futuro o el del resto de los televidentes. Parece ser que la única noticia es el miedo que debo sentir inevitablemente.
Ya me bañé, y salí para el trabajo (me parece que me puse mucho abrigo, siempre caigo en la trampa de la humedad y la bendita sensación térmica) Apenas me subo al colectivo me pongo a pensar en lo que sucedió esa mañana, en lo horrible que había visto al mundo, en lo feo que fue sentir que es todo una verdadera pileta llena de mierda y de la que uno por mas que trate y chapotee e incluso nade, no puede salir.
Ahí fue cuando pasó.
Debía tener unos tres o cuatro años, no sabía lo que era un noticiero, ni el mal o el bien. O mejor dicho el mal era cuando mamá o papá levantaban la voz y el bien era el helado de dulce de leche, los dibujos de colores y correr por su casa de aquí para allá.
Ahí lo entendí todo, el sonríe, yo sonrío. Todo es posible, el amor es posible. No se compra, no se vende, no se alquila, no se presta, no se toca, no se puede hacer zapping con el amor. ¿Cuánto miedo siente esa criatura? ¿Esta bueno el miedo que siente? ¿Esta bien que tenga miedo de perderse de su madre? Si. Rotundamente, si. Claro dije, estoy hecho un pelotudo. El mundo es un lugar hermoso, hay que saber mirar y además, tarea por demas necesaria, transformar, revolucionar y construir. El amor se construye. Hoy va a ser un buen día, los que son unos forros se van a cagar, yo tengo al bien de mi lado. Todo lo que necesitamos es una sonrisa sincera, apagá la tele. Salí a la calle.
miércoles, 23 de julio de 2008
El Pato que salió del cascarón
“Es muy difícil encontrar un buen amigo, más difícil todavía dejarlo e imposible olvidarlo”
A veces cuesta ponerse en los zapatos del otro, pero en esta ocasión es casi una necesidad, pues el que parte es un amigo, qué digo amigo, hermano te sienta mejor.
Con rumbo incierto te aventuras hacia no sabes donde a hacer no sabes bien qué. Y sabes qué? Yo estoy con vos. Te banco, estoy ahí cuando me busques, estoy ahí cuando me necesites. Tendré que ser un fantasma quizás en un banco de plaza de La Paz o me tocará ocupar el cuerpo de otra persona y será ese tu amigo por un rato. Me tocará ser la chola que te roba una sonrisa o el camba que te saca de quicio con su insoportable forma de dividir el mundo en “gente bien” y “gente mal”. Me tocará ser la persona que te diga intempestivamente que no a algo que necesitas que te digan que si, me tocara ser el vino que bebas en alguna noche de soledad o de grata compania. Me tocará ser la pelota que patees cuando juegues a la pelota con algunos niños que te sean ajenos y cercanos a la vez. Me tocará ser recuerdo y olvido. Pero lo que te quiero decir es que estoy y estaré….Amigo, hermano, donde y cuando me necesites, buscame. Buscame en cualquier lado, debajo de una piedra, atrás de una idea. En el abrazo de otra persona o en la puteada de un gringo anti-gente. En el insulto a un policía y en el sufragio de un hermano latinoamericano. En la expresión libertaria de algún mal llamado “idealista”, ahí también, buscame. Se que lo vas a necesitar…Carajo!!!! yo lo voy a necesitar.
Si por alguna razon el mañana te encuentra rendido, desganado, desesperanzado, buscame en estas palabras que te escribo hoy desde lo mas profundo… y cuando me encuentres quiero que tomes un trago de leche, comas un pedazo de pan, te levantes y hagas eso que fuiste a hacer. Mierda que lo hagas….Que infles el pecho y hagas lo necesario como hombre valiente que sos. Que sin miramientos le digas en la cara lo que tengas que decirle a la gente. Y sin en algun momento te toca el timbre Don Soledad, con ínfulas de gran Rey le digas: “ Escuchame gil, no te das cuenta de que mi amigo esta acá al lado mio??? Y cuando Don Soledad te diga que NO vos le contestes firmemente: “ Acaso es que no ve? Ahí…ahí…miré debajo de la cama o en esta remera o en aquel zapato. No lo ve?, ahí está, mi amigo, mi hermano…”
Sos todo lo que fuiste y nos llevas a todos con vos.
Espero estas palabras sirvan como fuente de amor y coraje
Saludos Revolucionarios,